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EDUCAR EN LA RESPONSABILIDAD: ¿CÓMO INTRODUCIR LAS NORMAS EN CASA?

Posted by on 9 abril, 2015

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En muchas ocasiones parece que marcar un límite o una norma significa coartar la libertad del niño, matar su creatividad o “imponer la tiranía del adulto”. No creo que siempre tenga que ser así. Vivimos en una comunidad de individuos, y en todas las comunidades existen normas que hacen más sencilla la convivencia. Cuando vamos al supermercado y hacemos cola para pagar, estamos aceptando una norma. Cuando nos detenemos ante un semáforo en rojo, lo mismo. Cuando hablamos bajito en un hospital, estamos respetando un límite. Cumplimos normas en cada momento de nuestra vida. Eso no quita que no podamos estar en desacuerdo con alguna de ellas, por supuesto que sí, y en ese caso, habrá que buscar la forma más adecuada de expresar nuestra disconformidad.

Adquirir ciertas responsabilidades en el hogar, siempre acordes a la edad del niño, le hará ser consciente de su papel en las tareas comunitarias, y a sentirse parte del grupo,  lo que le hará ganar en seguridad y autoestima. Es habitual que cuando los padres deciden implantar ciertas normas en su hogar tengan dudas sobre cómo hacerlo. Así que, a continuación, veremos algunas pautas para conseguir marcar normas en nuestro hogar e iniciar a los más pequeños en la ardua tarea de cumplir con sus responsabilidades.

1.- Llegar a un consenso acerca de las normas y los límites.

Lo primero es ponernos de acuerdo en las normas que vamos a marcar. Es fundamental que todos los adultos sigamos el mismo camino en la educación de los niños, tengamos los mismos objetivos y nos sintamos acompañados y respaldados en esta tarea.

2.- Hacer partícipes a los niños.

Ha llegado la hora de comunicarles a los pequeños sus responsabilidades y los hábitos que deben cumplir, además del por qué de los mismos y los beneficios que conllevan. Ellos también son parte de la familia y es importante que se sientan integrados en este proceso. Por supuesto, habrá límites que puedan ser flexibles o negociables, como por ejemplo la hora de acostarse puede retrasarse un poco durante el fin de semana, o el viernes por lo menos.

3.- Comenzaremos por pocas normas,  acordes a la edad de los niños.

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Para un niño de 3 años, por ejemplo, será suficiente con que recoja sus juguetes después de utilizarlos, coloque su ropa sucia en el cesto y colabore poniendo y quitando la mesa.
El juego simbólico es un gran aliado para este fin. Al niño le encanta imitar al adulto en esta etapa y conseguir su aprobación, por lo que podemos utilizarlo para introducirle en las tareas.

 

4.- Ser coherentes con nuestras palabras y nuestros actos.

Como siempre digo, nosotros somos su mejor ejemplo. Si queremos que los niños adquieran ciertos modales en la mesa (por ejemplo), lo lógico es que nosotros seamos los primeros en mostrar ese buen comportamiento.

5.- Ser pacientes, firmes y afectuosos.

Para adquirir un hábito es necesario repetir la misma actividad, de la misma forma gran cantidad de veces. Por eso la paciencia y la constancia son claves durante este proceso. El refuerzo positivo será nuestro aliado para conseguir instaurar un nuevo hábito.

6.- Dar las indicaciones en afirmativo.

Siempre que sea posible es preferible indicarle al niño lo que debe hacer, en lugar de lo que está haciendo mal. Por ejemplo, en vez de decir “no dejes los juguetes tirados”, es mejor decir “guarda los juguetes en su caja”.

7. Acompañar las nuevas rutinas con otros rituales que resulten de su agrado.

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Si hay algunos hábitos que le cueste más interiorizar, podemos tratar de recompensar su esfuerzo realizando después otra actividad que le sea más placentera. Por ejemplo: Leer un cuento antes de dormir… Pero después de lavarse los dientes y ponerse el pijama. Tomar el postre después de haber recogido su plato y su vaso… etc. Estos pequeños “premios” le harán darse cuenta del reconocimiento de su esfuerzo.

 

FUENTE: maestradecorazon.com 25 de febrero de 2015

 

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