Convivencia 1º ESO

Convivencia Guardamar 1º ESO

Convivencia Guardamar 1º ESO

El pasado jueves día 1 de marzo tuvo lugar la convivencia con los alumnos de 1º de Eso del Colegio en la casa de Guardamar a la que solemos ir a pasar estos días entrañables de encuentro.

Después de realizar la oración de la mañana y de realizar un juego de conocimiento tuvimos la dinámica en torno a nuestro lema “Quiero darme +”, donde por medio de unas películas de dibujos relacionamos nuestro lema con el perdón, la confianza, la entrega y el compañerismo. Después de ver cada película estuvimos reflexionando por grupos  y viendo que estos eran valores importantes para nuestra vida.

A continuación almorzamos y después de jugar y de disfrutar de la naturaleza, con pintura de dedos fuimos poniendo nuestro lema en unos carteles y nuestras manos como compromiso de estar dispuestos a ofrecer lo mejor que tenemos a los demás.

Después de comer, el tiempo que nos quedaba lo dedicamos a disfrutar de unos apasionantes  juegos de diversos deportes por equipos, donde jugamos y nos divertimos mucho. Fue un día en el que estuvimos acompañados de un maravilloso sol y que  lo pasamos todos muy bien.

Aquí os dejamos el resto de fotos

Categories: 1º ESO, 2012, Convivencia, Secundaria | Tags: , , , | Leave a comment

Excursión Orito 4º primaria

Excursión Orito 4º primaria

Excursión Orito 4º primaria

San Pascual

San Pascual

El pasado viernes día 2 de marzo tuvo lugar la excursión con los alumnos de 4º de Primaria del Colegio a Orito.

Después de almorzar y subir la montaña visitamos a S. Pascual y tuvimos un rato de oración. A continuación bajamos a la plaza de Orito y allí pasamos un rato de juegos, diversión y juntos comimos. A pesar de la lluvia disfrutamos y pasamos un día agradable.

Finalmente  con los autobuses regresamos a casa.

Aquí os dejamos la galería con el resto de las fotos que tomamos ese día

Categories: 2012, Cuarto Primaria, Excursión | Tags: , , , | Leave a comment

Convivencia 6º primaria

Guardamar 6º primaria

Guardamar 6º primaria

El pasado viernes día 24 de febrero tuvo lugar la convivencia con los alumnos de sexto de Primaria del Colegio en la casa de Guardamar a la que solemos ir a pasar estos días entrañables de encuentro.

Después de realizar la oración de la mañana y de almorzar  tuvimos la dinámica en torno a nuestro lema “Quiero darme +”, donde por medio de unas películas de dibujos relacionamos nuestro lema con el perdón, la confianza, la entrega y el compañerismo. Después de ver cada película estuvimos reflexionando por grupos  y viendo que estos eran valores importantes para nuestra vida.

A continuación y después de jugar y de disfrutar de la naturaleza, con pintura de dedos fuimos poniendo nuestro lema en unos carteles y nuestras manos como compromiso de estar dispuestos a ofrecer lo mejor que tenemos a los demás.

Después de comer y hacernos la foto con el cartel del lema, el tiempo que nos quedaba lo dedicamos a disfrutar de una apasionante ghymkhana donde jugamos y nos divertimos mucho. Fue un día en el que estuvimos acompañados de un maravilloso sol y que  lo pasamos todos muy bien.

Aquí un enlace a la galería

Categories: Convivencia, Primaria, Sexto Primaria | Tags: , | Leave a comment

Convivencia 5º primaria

Guardamar 5º primaria

Guardamar 5º primaria

El pasado viernes día 17 de febrero tuvo lugar la convivencia con los alumnos de quinto de Primaria del Colegio en la casa de Guardamar a la que solemos ir a pasar estos días entrañables de encuentro.

Después de realizar la oración de la mañana y de almorzar  tuvimos la dinámica en torno a nuestro lema “Quiero darme +”, donde por medio de unas películas de dibujos relacionamos nuestro lema con el perdón, la confianza, la entrega y el compañerismo. Después de ver cada película estuvimos reflexionando por grupos  y viendo que estos eran valores importantes para nuestra vida.

A continuación y después de jugar y de disfrutar de la naturaleza, con pintura de dedos fuimos poniendo nuestro lema en unos carteles y nuestras manos como compromiso de estar dispuestos a ofrecer lo mejor que tenemos a los demás.

Después de comer y hacernos la foto con el cartel del lema, el tiempo que nos quedaba lo dedicamos a disfrutar de una apasionante ghymkhana donde jugamos y nos divertimos mucho. Fue un día en el que estuvimos acompañados de un maravilloso sol y que  lo pasamos todos muy bien.

Aquí el enlace a la galería de fotos

Categories: 2012, Convivencia, Quinto Primaria | Leave a comment

Cuaresma 4ª semana – Secundaria y Bachiller

4. Jericó

Curación del ciego Bartimeo
Mc. 10, 46-52

Canción:
“Te basta mi gracia”  // “Confianza”, Ain Karem

CURARNOS DE LA CEGUERA

¿Qué podemos hacer cuando la fe se va apagando en nuestro corazón? ¿Es posible reaccionar? ¿Podemos salir de la indiferencia? Marcos narra la curación del ciego Bartimeo para animar a sus lectores a vivir un proceso que pueda cambiar sus vidas.

No es difícil reconocernos en la figura de Bartimeo. Vivimos a veces como «ciegos», sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. «Sentados», instalados en una religión convencional, sin fuerza para seguir sus pasos. Descaminados, «al borde del camino» que lleva Jesús, sin tenerle como guía de nuestras comunidades cristianas.

¿Qué podemos hacer? A pesar de su ceguera, Bartimeo «se entera» de que, por su vida, está pasando Jesús. No puede dejar escapar la ocasión  y comienza a gritar una y otra vez: «ten compasión de mí». Esto es siempre lo primero: abrirse a cualquier llamada o experiencia que nos invita a curar nuestra vida.

El ciego no sabe recitar oraciones hechas por otros. Sólo sabe gritar y pedir compasión porque se siente mal. Este grito humilde y sincero, repetido desde el fondo del corazón, puede ser para nosotros el comienzo de una vida nueva. Jesús no pasará de largo.

El ciego sigue en el suelo, lejos de Jesús, pero escucha atentamente lo que le dicen sus enviados: «¡Ánimo! Levántate. Te está llamando». Primero, se deja animar abriendo un pequeño resquicio a la esperanza. Luego, escucha la llamada a levantarse y reaccionar. Por último, ya no se siente solo: Jesús lo está llamando. Esto lo cambia todo.

Bartimeo da tres pasos que van a cambiar su vida. «Arroja el manto» porque le estorba para encontrarse con Jesús. Luego, aunque todavía se mueve entre tinieblas, «da un salto» decidido. De esta manera «se acerca» a Jesús. Es lo que necesitamos muchos de nosotros: liberarnos de ataduras que ahogan nuestra fe; tomar, por fin, una decisión sin dejarla para más tarde; y ponernos ante Jesús con confianza sencilla y nueva.

Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, el ciego no duda. Sabe muy bien lo que necesita: «Maestro, que pueda ver». Es lo más importante. Cuando uno comienza a ver las cosas de manera nueva, su vida se transforma. Cuando una comunidad recibe luz de Jesús, se convierte.

José Antonio Pagola

Categories: 2012, Bachiller, Cuaresma, Secundaria | Leave a comment

Cuaresma 4ª semana – Primaria

4. Jericó (Confianza)

Curación del ciego Bartimeo
Mc. 10, 46-52

Canciones: “El Señor es mi luz”, “El Señor es mi pastor”, Fabiola disco Fiesta es tu Palabra

Dos jóvenes atrevidos y crueles se encontraron casualmente con un individuo de aspecto miserable y, creyéndole idiota, quisieron burlarse de él.

Después de haberlo molestado en varias formas, sin que el otro se mostrase de ningún modo ofendido, lo condujeron a la cima de una torre y le dijeron:

— Tírate, no te harás ningún daño.

Éste, creyendo sus palabras, se lanzó abajo y voló como un pájaro, y tocó el suelo ileso.

Sus torturadores pensaron que se trataba de un golpe de suerte, y quisieron probar de nuevo. Lo llevaron a la orilla de un lago.

— Allá abajo, en el fondo del lago, hay una perla preciosa, le dijeron. Tú puedes sumergirte y cogerla para ti.

El confiado se tiró enseguida, y no tardó en salir con una perla en la mano.

Entonces aquéllos dos empezaron a sospechar que aquel pobre diablo fuese un hombre de Dios.

— Perdónanos, le dijeron, nos hemos burlado de ti. Pero por favor, revélanos el secreto de tu doctrina.

— Yo no tengo doctrinas secretas, respondió. Creía tan firmemente en aquellos que me decíais, que no tenía duda de poder hacerlo. Pero ahora, sabiendo que queríais engañarme, me siento todo confundido. Jamás tendré otra vez el atrevimiento de hacer aquello que he hecho.

La persona que no duda ni desconfía puede mover las montañas y atravesar el universo sin encontrar obstáculos.

La hormiga viajera

La hormiguita estaba asustada, se había perdido del resto de sus compañeras y se sentía muy sola.

⁃    ¡Qué mala suerte tengo! Me han abandonado —decía llorando, sin dejar de buscar por un lado y por otro.
Pasó por allí una lagartija y le preguntó:
⁃    ¿Por qué lloras?
⁃    Estoy perdida, el resto de mi grupo se ha ido y no las encuentro, tengo mucho miedo porque no sé volver a casa yo sola.
⁃    No te preocupes, las encontraremos, ¡ven conmigo!
La hormiguita, como era tan pequeña, se subió encima de la lagartija.
⁃    Vamos a dar una vuelta por el campo a ver si alguien las ha visto pasar.
Llegaron a un arroyo y una rana les preguntó:
⁃    ¿Dónde va una hormiga encima de una lagartija?
La lagartija le contó que la hormiguita estaba muy asustada porque no encontraba a sus compañeras y ella quería ayudarla.
—Yo también quiero ayudar, subid las dos encima de mí, vamos a ir por la orilla del río a ver si alguien las ha visto pasar, pero no llores más, ya verás como entre la lagartija y yo las encontramos.
La hormiguita, subida encima de la lagartija, estaba entusiasmada del paisaje que veía, pero ahora que la lagartija se había subido encima de la rana, no os podéis imaginar cómo se sentía.
⁃    ¡Qué de cosas veo desde aquí! ¡Qué grande es todo! —decía abriendo los ojos de par en par, asombrada. Ya no lloraba y su miedo estaba desapareciendo al darse cuenta de que los animales con los que se encontraba querían ayudarla. Eso la hacía sentirse mejor.
⁃    ¿Adónde va una hormiga subida encima de una lagartija y subidas las dos encima de una rana? —preguntó la tortuga.

Y le contaron la historia.
—Yo también quiero ayudar, subid las tres encima de mi caparazón, que yo sé dónde pueden estar las hormigas.
—Pero tú eres muy lenta —le dijo la lagartija.
—Pero soy muy vieja y por lo tanto muy sabia, yo sé las costumbres de cada uno de los animales que se encuentran por los alrededores, por eso creo que puedo ayudarla a encontrar su hormiguero.

La hormiguita estaba fascinada, no podía ni hablar de la emoción. Nunca había visto tantas cosas como las que veía desde encima de la lagartija, la rana y el caparazón de la tortuga: el río, los campos llenos de flores, las montañas, las casas a lo lejos… No podía imaginar que el mundo fuera tan grande.

«Si mis compañeras vieran esto», pensó sintiendo un poco de pena, pero ya nada de miedo porque todos los animales con los que se encontraba querían ayudarla a buscar a sus compañeras. Pensó también en lo divertido que era ir encima de una lagartija que iba encima de una rana que iba encima de una tortuga. «Si me vieran aquí subida…»

Al pasar por el camino encontraron una hilera de hormigas y la tortuga les preguntó:
⁃    ¿Acaso estáis buscando a una de vuestras compañeras?
—Sí, sí —contestaron llorosas—, se nos ha perdido hace un rato y no queremos volver a casa sin ella, la pobre estará muy asustada y… ¿Por qué llevas encima de tu caparazón a una rana? ¿Y por qué esta rana lleva encima una lagartija? ¿Y por qué esta lagartija lleva encima a una… ¡compañera!?

No se podían creer lo que estaban viendo.

—¡Compañeras, os encontré! Gracias a estas amigas os he  encontrado y además he conocido lo grande que es el mundo. Al principio sentía miedo, estaba muy asustada, creía que estaba sola, pero después la lagartija me ayudó, y la rana y la tortuga, que, como es muy sabia y tiene muy buena memoria, sabía dónde podíais estar.

Primero se bajó de la tortuga la rana, luego la lagartija se bajó de la rana y, por último, la hormiguita se bajó de la lagartija.

Las hormigas le explicaron lo importante que era no separarse del grupo para no perderse y dieron las gracias a los animales que la habían ayudado.

Desde ese día la hormiguita camina cerca de sus compañeras, procura no despistarse para no perderse, pero, de vez en cuando, mira a su alrededor por si ve a alguna de sus amigas y la llevan a dar un paseo.

Categories: 2012, Cuaresma, Primaria | Leave a comment

Cuaresma 3ª semana – Secundaria y Bachiller

3. Cesarea

Parábola del Hijo Pródigo – Lc. 15, 11-32

Canción: “Perdóname”, Luis Santiago

Reflexión:
Dejar la casa paterna significa mucho más que alejarse de un lugar en un momento determinado. Significa negar la realidad espiritual de nuestra pertenencia a Dios. De hecho pedir la herencia del padre es desear de algún modo un tanto sutil la muerte del padre. Tal vez, hemos tenido la experiencia de esto en algún momento de nuestra vida. Al inicio notamos que todo va de maravillas. No tenemos a nadie que nos diga lo que tenemos que hacer, contamos con los “amigos”, música, aventuras en tierras lejanas, etc. Pero puede ser que actuamos así porque no vemos el engaño del diablo, no nos percatamos de que los fundamentos de nuestra vida no están en aquellos lugares lejanos, sino en nuestra casa paterna.
Nosotros también somos hijos pródigos cada vez que pedimos la herencia a Dios para alejarnos del Él. Somos hijos pródigos cada vez que buscamos el amor donde no podemos encontrarlo. No es fácil recorrer el camino de la vida sin la ayuda de un Padre que nos ame, nos comprenda y nos anime. Uno de los grandes retos de la vida espiritual consiste precisamente en reconocernos pecadores delante de Dios y pedirle su perdón. Porque la historia que hoy nos narra el evangelio no es una simple novela entre muchas otras. Es la historia de cada una de nuestras vidas llamadas a reconciliarnos con el Padre. Él nos espera con los brazos abiertos para darnos de nuevo su amor.

Categories: 2012, Bachiller, Cuaresma, Secundaria | Leave a comment

Cuaresma 3ª semana – Primaria

3. Cesarea (Perdón)

Parábola del Hijo Pródigo – Lc. 15, 11-32

Canción: “Por tu bondad”, Fabiola disco Fiesta es tu Palabra

– ¿Por qué se va el hijo menor de la casa del Padre?
– ¿Qué hace el hijo mayor?
– ¿Cómo vive cuando tiene dinero? ¿Y cuándo se le acaba?
– ¿Por qué decide volver a la casa del Padre? ¿Cómo lo recibe? ¿Qué celebra?
– ¿Qué dice y hace el hijo mayor? ¿Estás de acuerdo?
– ¿Coincide la acogida que le da el Padre al hijo menor y la de la hormiga con la cigarra?

Nota: hacer caer en la cuenta que Dios siempre nos espera con los brazos abiertos, por eso nos regala la cuaresma para “Acercarnos a él, cambiando nuestra vida”.

La Cigarra y la hormiga.

Un caluroso verano, una cigarra cantaba sin parar debajo de un árbol. No tenía ganas de trabajar; sólo quería disfrutar de sol y cantar, cantar y cantar.
Un día pasó por allí una hormiga que llevaba a cuestas un grano de trigo muy grande. La cigarra se burló de ella:
-¿Adónde vas con tanto peso? ¡Con el buen día que hace, con tanto calor! Se está mucho mejor aquí, a la sombra, cantando y jugando. Estás haciendo el tonto, ji, ji, ji se rió la cigarra.
No sabes divertirte…
La hormiga no hizo caso y siguió su camino silenciosa y fatigada; pasó todo el verano trabajando y almacenando provisiones para el invierno. Cada vez que veía a la cigarra, ésta se reía y le cantaba alguna canción burlona:
-¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar! Así pasó el verano y llegó el frío.
La hormiga se metió en su hormiguero calentita, con comida suficiente para pasar todo el invierno, y se dedicó a jugar y estar tranquila.

Sin embargo, la cigarra se encontró sin casa y sin comida. No tenía nada para comer y estaba helada de frío. Entonces, se acordó de la hormiga y fue a llamar a su puerta.
Señora hormiga, como sé que en tu granero hay provisiones de sobra, vengo a pedirte que me prestes algo para que pueda vivir este invierno. Ya te lo devolveré cuando me sea posible.
La hormiga escondió las llaves de su granero y respondió enfadada:
-¿Crees que voy a prestarte lo que me costó ganar con un trabajo inmenso? ¿Qué has hecho, holgazana, durante el verano?
– Ya lo sabes – respondió apenada la cigarra -, a todo el que pasaba, yo le cantaba alegremente sin parar un momento.
– Pues ahora, yo como tú puedo cantar: ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!
Y dicho esto, le cerró la puerta a la cigarra.
A partir de entonces, la cigarra aprendió a no reírse de nadie y a trabajar un poquito más.

Preguntas:
– ¿Qué hace la hormiga durante el verano? ¿Y la cigarra?
– ¿Por qué no trabaja la cigarra en recoger alimentos? ¿Cómo vive?
– ¿Qué le suceda a la cigarra cuando llega el invierno? ¿Y a la hormiga?
– ¿Qué aprendió y cambió la cigarra para el verano siguiente?
– ¿Con quién te identificas con la hormiga o con la cigarra?
– ¿Estás de acuerdo con la respuesta que le da la hormiga cuando le pide alimentos la cigarra?

Construir el puente

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes empezaron a discutir. Ésta fue su primera discusión seria que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro con hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes de forma continúa. Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente.
Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas, seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. «Estoy buscando trabajo por unos días», dijo el extraño, «quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso».
«Sí», dijo el mayor de los hermanos, «tengo un trabajo para usted”.
Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor».
«La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él cogió su tractor y desvió el cauce del río para que quedara entre nosotros».
«Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero?»
«Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más.»
El carpintero le dijo: «Creo que comprendo la situación”.
Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho.»
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja durante todo el día para ir al pueblo a por comida.
El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando.
El granjero regresó cuando se acercaba la noche, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos y la boca abierta. ¡¡¡No había ninguna cerca de dos metros!!! En su lugar había un puente. ¡¡Un puente que unía las dos granjas por encima del río!!- Era un bonito puente con pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: «Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!!».
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. «¡No, espera!», le dijo el hermano mayor. «Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti», le dijo el hermano mayor al carpintero.
«Me gustaría quedarme», dijo el carpintero, «pero tengo muchos puentes que construir».

– ¿Cómo te has sentido con esta lectura?
– Pon ejemplos de esas veces en que eres como el hermano mayor y quieres construir cercas o vallas que te separen de los demás, como por ejemplo: papás, hermanos, amigos.
– ¿Es bueno que los enfados, riñas, peleas nos separen de las personas a las que queremos?
– ¿Qué actitudes son constructoras de puentes como el que hizo el carpintero? Como p.e. No hacer caso de insultos, tener paciencia con los compañeros, evitar las peleas…

EL SARTENAZO

La rana Renata era la mejor cocinera de los pantanos y a su selecto restuaurante acudían todas las ranas y sapos de los alrededores. Sus «moscas en salsa de bicho picante» o sus «alitas de libélula caramelizadas con miel de abeja» eran delicias que ninguna rana debía dejar de probar, y aquello hacía sentirse a Renata verdaderamente orgullosa.
Un día, apareció en su restaurante Sopón dispuesto a cenar. Sopón era un sapo grandón y un poco bruto, y en cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata, comenzó a protestar diciendo que aquello no era comida, y que lo que él quería era una buena hamburguesa de moscardón. Renata acudió a ver cuál era la queja de Sopón con sus platos, y cuando este dijo que todas aquellas cosas eran «pichijiminadas», se sintió tan furiosa y ofendida, que sin mediar palabra le arreó un buen sartenazo.

Menuda trifulca se armó. A pesar de que Renata enseguida se dio cuenta de que tenía que haber controlado sus nervios, y no dejaba de pedir disculpas a Sopón, éste estaba tan enfadado, que decía que sólo sería capaz de perdonarla si él mismo le devolvía el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que con la fuerza del sapo y la pequeñez de la rana, el sartenazo le partiría la cabeza. Y como Sopón no aceptaba las disculpas, y Renata se sentía fatal por haberle dado el sartenazo, Renata comenzó a hacer de todo para que le perdonara: le dio una pomada especial para golpes, le sirvió un exquisito licor de agua de charca e incluso le preparó.. ¡una estupenda hamburguesa de moscardón!

Pero Sopón quería devolver el porrazo como fuera para quedar en paz. Y ya estaban a punto de no poder controlarle, cuando aparecio un anciano sapo caminando con ayuda de unas muletas.
– Espera Sopón-dijo el anciano- podrás darle el sartenazo cuando yo te rompa la pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.
Sopón se quedó paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar. Era Sapiencio, su viejo profesor que un día le había salvado de unos niños gamberros cuando era pequeño, y que al hacerlo se dejó una de sus patas. Recordaba que todo aquello ocurrió porque Sopón había sido muy desobediente, pero Sapiencio nunca se lo había recordado hasta ahora…
Entonces Sopón se dio cuenta de que estaba siendo muy injusto con Renata. Todos, incluso él mismo, cometemos errores alguna vez, y devolver golpe por golpe y daño por daño, no hacía sino más daño . Así que, aunque aún le dolía la cabeza y pensaba que a Renata se le había ido la mano con el sartenazo, al verla tan arrepentida y haciendo de todo para que le perdonase, decidió perdonarle. Y entonces pudieron dedicar el resto del tiempo a reirse de la historia y saborear la rica hamburguesa de moscardón, y todos estuvieron de acuerdo en que aquello fue mucho mejor que liarse a sartenazos.

Categories: 2012, Cuaresma, Primaria | Leave a comment

Cuaresma 2ª semana – Secundaria y Bachiller

2. Samaria

Condiciones para el seguimiento. Los discípulos enviados a misionar
Lc. 9, 57. 10,1-11

Canción: “Ayer te vi”, Jesús Adrián Romero

PORTADORES DEL EVANGELIO

Lucas recoge en su evangelio un importante discurso de Jesús, dirigido no a los Doce sino a otro grupo numeroso de discípulos a los que envía para que colaboren con él en su proyecto del reino de Dios. Las palabras de Jesús constituyen una especie de carta fundacional donde sus seguidores han de alimentar su tarea evangelizadora. Subrayo algunas líneas maestras.

«Poneos en camino». Aunque lo olvidamos una y otra vez, la Iglesia está marcada por el envío de Jesús. Por eso es peligroso concebirla como una institución fundada para cuidar y desarrollar su propia religión. Responde mejor al deseo original de Jesús la imagen de un movimiento profético que camina por la historia según la lógica del envío: saliendo de sí misma, pensando en los demás, sirviendo al mundo la Buena Noticia de Dios. «La Iglesia no está ahí para ella misma, sino para la humanidad» (Benedicto XVI).

Por eso es hoy tan peligrosa la tentación de replegarnos sobre nuestros propios intereses, nuestro pasado, nuestras adquisiciones doctrinales, nuestras prácticas y costumbres. Más todavía, si lo hacemos endureciendo nuestra relación con el mundo. ¿Qué es una Iglesia rígida, anquilosada, encerrada en sí misma, sin profetas de Jesús ni portadores del Evangelio?

«Cuando entréis en un pueblo… curad a los enfermos y decid: está cerca de vosotros el reino de Dios». Ésta es la gran noticia: Dios está cerca de nosotros animándonos a hacer más humana la vida. Pero no basta afirmar una verdad para que sea atractiva y deseable. Es necesario revisar nuestra actuación: ¿qué es lo que puede llevar hoy a las personas hacia el Evangelio? ¿Cómo pueden captar a Dios como algo nuevo y bueno?

Seguramente, nos falta amor al mundo actual y no sabemos llegar al corazón del hombre y la mujer de hoy. No basta predicar sermones desde el altar. Hemos de aprender a escuchar más, acoger, curar la vida de los que sufren… Sólo así encontraremos palabras humildes y buenas que acerquen a ese Jesús cuya ternura insondable nos pone en contacto con Dios, el Padre Bueno de todos,

«Cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa». La Buena Noticia de Jesús se comunica con respeto total, desde una actitud amistosa y fraterna, contagiando paz. Es un error pretender imponerla desde la superioridad, la amenaza o el resentimiento. Es antievangélico tratar sin amor a las personas sólo porque no aceptan nuestro mensaje. Pero, ¿cómo lo aceptarán si no se sienten comprendidos por quienes nos presentamos en nombre de Jesús?

José Antonio Pagola

Categories: 2012, Bachiller, Cuaresma, Secundaria | Leave a comment

Cuaresma 2ª semana – Primaria

2. Samaria (Fe)

Condiciones para el seguimiento. Los discípulos enviados a misionar
Lc. 9, 57. 10,1-11

Canción: “Lámpara es tu Palabra”, Fabiola disco Fiesta es tu Palabra

LA SALA DE ESPERA.

– ¡Pase!
– Buenos días, Doctor.
– Buenos días. Dígame, ¿qué le ocurre?
– Pues verá, llevo una temporada un poco rara. Me duele todo el cuerpo. Me duele desde la punta del dedo gordo del pie hasta el último pelo de la cabeza. Siento que me ahogo, que me falta el aire. Estoy nerviosa,  duermo mal. Tengo visiones del pasado. He perdido los colores en la visión, sólo veo en blanco y negro. Se me han paralizado las manos, los dedos. Siento frío pero no tengo fiebre. Estoy bloqueada, no puedo anticipar nada. Echo de menos el bienestar del pasado… Estoy agobiada, Doctor; tengo ganas de llorar. ¿Qué me pasa?
– Bien, confíe en Mí. No se preocupe. Es momento de pruebas. Salga a la sala de espera y aguarde a que le vayan llamando. Según vaya superando las pruebas le irán dando los resultados. Cuando tenga todos, vuelva a Mí y entre sin llamar. Cuénteme cómo se siente y verá cómo todo ha cambiado. Mientras tanto, no se agobie, sea fuerte.
– Pero Doctor, ¿y si el malestar y el dolor acaban conmigo antes de concluir todas las pruebas? No creo ser capaz de superarlo.
– ¿Confía en Mí?
– Sí, pero…
– Sin peros, ¿confía en Mí?
– (…)
– Tómese su tiempo, no hay prisa.
– Sí, confío en Usted, Doctor.
– Muy bien, pues no se preocupe. Yo estoy aquí. Si me necesita entre prueba y prueba, entre sin llamar. Hablaremos y le aliviaré.
– Gracias Doctor.
– No lo olvide. Entre sin llamar. Yo estoy aquí.

¿SUEÑOS IMPOSIBLES?

Cuando uno tiene fe en sí mismo, en lo que desea conseguir, dan igual los inconvenientes que aparezcan, los muros que se presenten, las oposiciones que se encuentren.
Cuando uno es fuerte y persiste en su sueño, lo consigue.
Cuando la debilidad llega, busca a quien te hace fuerte, recuerda por qué emprendiste esa aventura, el origen, y todos los miedos, inseguridades y temores desaparecerán.
Pide ayuda. Uno no alcanza solo sus metas. Lo hace en equipo.
La mejor forma de que los demás tengan confianza en uno es hacerles ver que quién primero confía en sí mismo ere tú.
Basado en una historia real.

La pobreza y la fe

No habrá tenido mucho. Pero lo que tenía era muy suyo. Sobre todo, porque de tanto llevarlo encima había terminado por sentir indispensables todas esas realidades: sus botas, su poncho, sus ropas, su chambergo y su facón.

¡Habían compartido tantas cosas juntos, que había terminado por encariñarse con todo eso! Más que cosas suyas, las sentía como parte de sí mismo. Como realidades de su misma historia. Al sentir consigo todas esas realidades, se sentía viviendo una historia con continuidad: historia con pasado. Y todo hombre que está en camino siente la tentación del pasado. Tentación que se concretiza en el poseer; en el no dejar.

Al llegar a la orilla de ese río, la opción le resultó dura. Esa realidad del río que atravesaba como un tajo su camino, le exigía una decisión dolorosa. No es que no quisiera atravesarlo; ¡si para eso se había puesto en camino! Lo duro no estaba en vadearlo; sino en que para vadearlo debía tomar una actitud nueva frente a todas sus cosas viejas; frente a todo lo que era suyo; frente a todo lo que se le había adherido.

Todo bicho exigido a dejar el pellejo, busca arrinconarse. Lo busca hasta el gusano que quiere ser mariposa. Para poder crecer hasta el volido, necesita aceptar el retiro del capullo. La rosa y el gusano lo hacen por instinto; al cristiano, por ser hombre, le toca decidirlo.

Al llegar a la orilla del río, nuestro hombre se acurrucó en silencio. Antes de despojarse por afuera necesitaba unificarse por dentro. Necesitaba mirar la correntada, dejar que ella le entrara por los ojos y se le fuera corazón adentro. Necesitaba que el corazón pasase primero, para poder luego seguirlo su cuerpo. En esa actitud se le fue la tarde, y la noche le cayó encima con todo su misterio. Y en esa actitud lo pilló el lucero. Fue entonces recién cuando dijo: «sí». Un sí que lo venía arreando desde lejos. El mismo sí, que lo pusiera en movimiento al comienzo.

Despacio se puso de pie, se quitó el poncho y lo tendió en el suelo. Se sacó las botas y las colocó en el centro. Luego el facón, el pañuelo, la faja y el chambergo. A cada pilcha que entregaba, el hombre se iba empobreciendo. Los grandes momentos de la vida no necesitan dramatismo. El drama es el escenario ficticio que necesitan ciertos acontecimientos cuando carecen de suficiente espesor para impactarnos por sí mismos. O cuando no han sido aceptados por la rumia y nos resultan indigestos.

Por eso el hombre, sin broma ni drama, ató las cuatro puntas del poncho que contenía todo los suyo. Lo voleó tres veces como un lazo para darle impulso y lo tiró por encima de la correntada para que fuera a caer a la otra orilla. De este modo colocaba lo suyo allí donde él mismo debía llegar. Hacía que lo suyo se le adelantara para esperarlo en la meta.

Y allí quedó él, en la orilla de acá, liberado de todo para poder vadear mejor ese río y urgido a vadearlo para poder encontrarse con todo lo suyo, que lo había precedido. Porque era un hombre que amaba profundamente lo suyo.
Nada se ha de perder
de lo que el Padre nos ha dado.

Hace más de veintitrés siglos un joven salmista, al que le pasó algo parecido, le decía al Señor en un largo poema:

Yo pongo mi esperanza en vos Señor,
que no quede frustrada mi esperanza

(Salmo 118)

Rumiando el relato

Al terminar la lectura entre todo el grupo se reconstruye el relato en forma oral (se lo vuelve a contar).
¿De qué nos habla el autor en el cuento?
¿Quién es el protagonista del relato?
¿A qué cosas le tenía mucho afecto?
¿En qué encrucijada se encuentra al tener que cruzar un río?
¿A qué cosas le tenía mucho afecto?
¿Qué proceso hace para decidir? ¿Cuál es su decisión?

Descubriendo el mensaje

El cuento nos habla de la vocación y la fe. ¡Cuántas veces para continuar el camino tenemos que hacer renuncias y arriesgar!
En tu vida, ¿te has encontrado en encrucijadas dónde hay que hacer renuncias para seguir adelante? ¿En qué situaciones?
Relee el proceso que realiza el hombre mientras toma la decisión, intenta describir ese proceso y aplicarlo a tu vida cuando tomas decisiones importantes.

¿Qué cosas deberías poner en «tu poncho» a la hora de cruzar el río? ¿De qué cosas tendrías que liberarte? ¿Qué cosas te atan demasiado?

La frase del salmo con la cual termina el cuento nos habla de la confianza en el Señor, cimiento indispensable para cualquier decisión en el camino de fe. ¿Cómo vives esto de poner toda tu esperanza en el Señor? ¿Qué situaciones de tu vida necesitas poner en las manos de Dios?

¿Qué aprendes del cuento para tu vida? ¿Cómo puedes aplicar el mensaje del cuento?

Categories: 2012, Cuaresma, Primaria | Leave a comment